Por Julie Sáinz
A las personas nos encanta contar y escuchar historias; es parte de nuestra naturaleza. Desde el principio de la humanidad, hemos utilizado las historias para entender el mundo, comunicarnos, transmitir conocimientos y preservar nuestras tradiciones. También se han vuelto una parte esencial de nuestro entretenimiento; desde pequeños nos contaban historias para dormir, en los videojuegos formamos parte de la historia de nuestros personajes, vemos películas donde nos cuentan historias de otros mundos. Las historias son tan relevantes en nuestra vida, que ya hasta decidimos nombrar a la acción de contarlas: storytelling.
Para términos prácticos, les dejaré la definición formal de storytelling: “Storytelling es el arte de contar una historia usando lenguaje sensorial presentado de tal forma que trasmite a los oyentes la capacidad de interiorizar, comprender y crear significado personal de ello” (Fabella, 2018). Es interesante recalcar la última parte de la definición, pues vemos que no solamente se refiere a la acción de contar una historia, sino que es una herramienta que le permite al oyente interiorizar, comprender y crear un significado personal a partir de lo que está escuchando. Por lo tanto, esto nos lleva a plantearnos el poder que tiene el storytelling como herramienta educativa. Hoy en día, existen varios estudios donde se explora cómo es que contar una historia puede ayudar a alguien a entender a profundidad un tema.
Lo que más nos mueve como humanos son las emociones; si no logras que alguien sienta algo con lo que les estás transmitiendo, esa información no va a ser relevante para ellos. El storytelling permite establecer una conexión emocional al contar historias que resuenan con las experiencias y emociones del público. Las historias pueden despertar empatía, inspiración, motivación y deseo de cambio. No obstante, para realmente lograrlo, es necesario entender cómo debes construir la historia para cumpla con tu objetivo: primeramente, debes plantear el estadio inicial del
protagonista, cómo se encuentra antes del cambio; después cómo es que se produjo el cambio; y finalmente, el estado final del protagonista, cómo se encuentra después del cambio (Antón Menéndez, 2018). Al momento de construir la historia y seguir estos tres pasos, debes de considerar en todo el momento cuál es tu objetivo: qué es eso que quieres que la persona aprenda.
Actualmente existe una problemática que se está buscando atacar por medio del proyecto Infancias y Cultura Auditiva en el PAP Escucha México, la cual es el incremento de mexicanos que adquieren una discapacidad auditiva a una edad cada vez más temprana debido a la ausencia de una buena cultura auditiva en nuestro país. Así que ahora que entendimos qué es el storytelling y por qué es una herramienta poderosa para enseñar, podemos ver cómo es que ésta nos puede ayudar a cambiar hábitos de manera efectiva y prevenir que siga en aumento el número de personas que adquieren una discapacidad auditiva a una edad temprana. Podemos crear una nueva cultura auditiva en nuestro país a través de contar buenas historias.
12 de Junio 2023